BEN TASGAL

08 octubre2024, 13:48 PM
Despreciable asesinato del joven árabe Mohamed Abu Jdir: Los cuatro pecados de una injusticia – Por Gabriel Ben-Tasgal (6/7/2014)

La policía israelí ha detenido 6 sospechosos ultra-nacionalistas judíos, posibles responsables del asesinado de Muhamad Abu Jdir. El profundo deseo de venganza tras el asesinato Eyal Yifrah (19 años), Gilad Shaer (16 años) y Naftali Fraenkel (16 años) no debe apaciguar el profundo desprecio hacia éste tipo de reacción. Los radicales judíos no necesitaban un aliciente para “vengarse” de los árabes. El problema es profundo, existente y también muy minoritario. Si se confirma la culpabilidad de los seis, se tratara de una injusticia que conlleva 4 pecados condenables y despreciables: Se trataría de un asesinato que atenta contra la justicia más básica, que desprecia los valores judíos, que perjudica a Israel desde un punto de vista geopolítico y que perjudica duramente los esfuerzos de la Hasbará israelí en el mundo. Cuatro pecados ordenados normativamente.

Sobre la Justicia…. Los asesinos son fieles alumnos de Trasimaco (de la República). Para ellos la justicia es la que impone el más fuerte y son ellos lo que se sienten fuertes ante un indefenso joven árabe de Shoafat al que asesinaron. Para ellos, todos los árabes son una amenaza y ningún medio es tabú para erradicar dicha amenaza. Son una minoría ruidosa en el seno de la sociedad israelí, un grupo de sicaritas modernos a los que debemos combatir y encerrar. Frente a ellos, aquellos que desean la destrucción del Estado de Israel suelen citar y destacar a quienes, entre nosotros, consideran que la justicia sólo puede alcanzarse por medios totalmente justos y nobles. Nada justifica, ni la defensa propia, matar a otro ser humano, nos suelen explicar desde diarios israelíes como “Haaretz”. Estoy convencido que la mayoría de los israelíes consideramos que para defender nuestra existencia y permanencia en estas tierras sobre las cuales tenemos derecho, debemos pagar un precio que no es otra cosa que realizar acciones que no deseamos. Entrenar a nuestros hijos para la guerra, apoyar el asesinato selectivo de un terrorista que pretender matar civiles israelíes, imponer un bloqueo marítimo para que los terroristas del Hamás no introduzcan armas a Gaza… son acciones que en circunstancias normales no deberíamos impulsar y apoyar pero a las que nos vemos obligados a realizar por imposición del agresor. El asesinato de un inocente, debido a su identidad nacional árabe, es una acción alejada de nuestras concepciones sobre la justicia más básica como sociedad.

Sobre los Valores Judíos… la ley del Talión (más conocida como el Ojo por Ojo) nunca estuvo vigente en el judaísmo de forma literal ya que este mandamiento era y es interpretado como un resarcimiento económico  y no como una venganza.  Las cortes de justicia de antaño calculaban la cifra de la compensación de acuerdo una combinación al Nezek (daño), el Tzar (sufrimiento), el Ripui (la curación), el Shevet (lucro cesante) y el Boshet (la vergüenza). Los terroristas que asesinaron a los tres jóvenes israelíes deben ser apresados o abatidos, sus casas deben ser derribadas y sus líderes militares exiliados. Los terroristas judíos que asesinaron a Muhamad Abu Jdir deben ser tratados de la misma forma. Lo que es seguro es que sus acciones no respetan las enseñanzas judías.

Sobre la actualidad política… Los terroristas judíos pueden lograr que el foco de atención internacional y local  pase de centrarse en el Hamás y sus acciones criminales, como hasta el momento, a la violencia generada desde la sociedad israelí. Mientras el gobierno israelí pretende, con razón, romper la alianza contra natura Hamás-OLP, una acción como la reciente enardece a la población palestina acercando posturas entre moderados y radicales en contra de lo que ellos consideran “una agresión general de Israel contra ellos”. El gobierno israelí, en vez de centrar sus esfuerzos en combatir al Hamás y sus aliados en Gaza y Hebrón, debe ahora dedicar esfuerzos supremos en contener una posible tercera intifada y un levantamiento de la minoría árabe israelí contra las instituciones nacionales. El asesinato tampoco favorece a Israel desde ésta perspectiva.

Sobre los esfuerzos en la Hasbará israelí… De la misma forma que los inmorales en el mundo descontextualizan y modifican históricamente ciertas acciones militares de los grupos clandestinos judíos antes de la creación del estado (King David, Dir Yassin, etc) para fundamentar su claro apoyo al terrorismo árabe islámico (“todos hacen terrorismo, incluso los judíos en el pasado”, suelen decir), lo que ha sucedido en Jerusalén ésta semana será utilizado para seguir atacando a Israel y promover su no-legitimidad en el concierto de las naciones. La Autoridad Palestina se apresuró a acusar a Israel de todo lo sucedido. No hay que sorprenderse, en el pasado ya mintieron y manipularon la muerte de Muhamad A-Dura (Segunda Intifada) para provocar y alentar disturbios contra Israel. Los que acusan y demonizan a Israel no se centrarán en felicitar el rápido accionar de las fuerzas de seguridad del país, ni relativizarán el atentado asignándolo a una parte minúscula de la sociedad israelí ni tampoco citarán la condena de Rajel Frenkel contra el asesinato del joven árabe inocente. Para estas personas, el asesinato del inocente muchacho es “otro argumento más” que ayudará a borrar del mapa lo que nunca debió crearse… Israel.

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